El objetivo del proyecto fue crear un espacio en estrecha relación con su entorno, no solo visualmente, sino también a través de los materiales. Por eso se conservaron las características agrestes de su antiguo uso rural. Uno de los principales desafíos fue mantener la estructura original de chapa y hierro, transformando por completo el interior.
Para las fachadas se eligió ladrillo visto por su autenticidad y vínculo con la historia del lugar. Bajo esta premisa, se diseñó la galería y se cuidaron los detalles interiores, donde se mantuvo la tabiquería de chapa, acompañada por mobiliario del mismo material y pisos de porcelanato, seleccionados por su funcionalidad y bajo mantenimiento.